Eres parte de mí. Hay una extensión de hilos invisibles que cuelgan desde la bóveda celeste. Salen de tu vientre. Atraviesan tus pies. Llegan a mí. Primera celebración del día de la madre sin ti…. Dejaré rosas y un escrito para que leas sentada sobre las blancas nubes.
¡Oigo tu arrullo! o lo imagino. Siento tu cuerpo. El balanceo como en una cuna. En el vaivén se aquietan mis temores. Cerca al mar el maternaje. El cielo descubierto. Las gaviotas danzan cerca al muelle. Pescadores. Embarcaciones. Recojo los recuerdos. Me veo zambullirme, corretear descalza. La tierra es húmeda. Encuentro tu aroma y cuidados en este lugar. La niñez en Flash back.
¿Quién ha estado? No solo maternan las madres, lo hacen también las tías, una hermana, las abuelas, mujeres que te toman de la mano. En condiciones precarias están ahí para ti. Donan todo lo que pueden. ¿La conociste? Algunos partos se dan en el quirófano mientras ella emprendía el viaje. Se rellena su forma con lo que cuentan quienes la conocieron. El acontecimiento y la narración. ¿Quién eres? Eres todas las experiencias juntas.
Rosas rojas y mariposas amarillas y un cielo esponjoso. Escucho el aleteo de las aves. Encuentro tu olor en los vestidos. He dejado prendas al sol mientras tramito tu partida. Me peinabas emanando el amor eterno. Evoco tu presencia. Escucho las cortinas agitarse. El zumbido de las libélulas anuncia que estás cerca.
En esta fecha las madres devoran a besos a niñas y niños pequeños. Se sonrojan. En los brazos cálidos de la infancia la calma. Los hijos mayores crecen. Las lágrimas le lavan el rostro a mamá. Desempolvar el álbum de fotografías. Los primeros dientes y restos del cordón umbilical en un pañuelo que ya no es blanco.
Las calles abarrotadas de flores. La primavera espera el mes de mayo para hacer feliz a mamá. Los regalos en las mesitas escuchan la frase: para ti mami. Y se da el intercambio. Las tarjetas elaboradas en la escuela. Las manos dibujando, bordando, pintando, escribiendo para ellas.
El perfume de las recetas despierta a mamá temprano. Antes de que despunte el día, los polluelos trinan en gratitud. En la tarde, el bullicio junto a los anhelos. Los manteles a cuadros rojo y blanco y un jarrón de cristal con buganvilias que flotan.
A mi madre… y a todas aquellas mujeres que maternan. ¡Feliz día de las madres!
* Psicóloga Especialista en Psicología Clínica y Desarrollo Infantil de la Universidad El Bosque, Bogotá. Maestrante en Clínica de la Infancia y Juventud, Universidad San Buenaventura, Cali.
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Este artículo obedece a la opinión del columnista. EL ISLEÑO no responde por los puntos de vista que allí se expresan.